Lo que sí desató la tormenta fue lo que encontraron al revisar a la joven de 22 años: nada menos que un bate de béisbol, el mismo que, según una empleada del hotel, usó para romper los vidrios de la puerta de ingreso al irse furiosa del lugar. ¿El motivo del ataque? No trascendió, pero la historia huele a pelea de pareja con final explosivo.
El fiscal de Flagrancia, Facundo Nicora, dispuso que la mujer fuera notificada por el delito de Daño y trasladada a tribunales. Pero ahí no terminó todo: al revisar sus antecedentes, se descubrió que sobre ella pesaba una orden de internación vigente desde febrero, emitida por el Juzgado de Familia N° 5. Por eso, una vez en tribunales se analizaría su posible derivación a un centro de salud mental.
Mientras tanto, el bate fue secuestrado como prueba (esperemos que no vuelva a aparecer en otra escena violenta) y la moto quedó retenida por diversas infracciones de tránsito.
En resumen: una noche que empezó con amor (presumiblemente) terminó con vidrios rotos, una moto retenida y una joven a punto de ser internada. Mar del Plata, nunca cambies.